Este cuento nos lo manda la seño Encarni, que estuvo con nosotros el curso pasado.¡NOS HA GUSTADO MUCHO!
¡MUCHÍSIMAS GRACIAS ENCARNI!
También nos manda un vídeo en el que ella misma nos explica cómo hacer las grullas. Cuando las tengáis, podéis mandar las imágenes al correo del blog: blogcastillalamancha@gmail.com
Las guardaremos y cuando volvamos al cole, ya encontraremos la forma de enviarlas...Al final de la entrada podéis conocer "La leyenda de las mil grullas de Sadako"
Las
Grullas de Al Basit
Érase
una vez, en un lugar de La Mancha de cuyo nombre sí quiero acordarme (y también
en todo el mundo), una pandemia que obligó al planeta a detenerse y a todas las
personas a quedarse en sus casas sin poder salir.
Los
niños no podían ir al colegio, ni al parque, ni a actividades extraescolares.
Se prohibieron los abrazos y los besos. Las personas que podían salir a la
calle durante unos minutos, no podían acercarse a menos de dos metros de
distancia entre ellas. Los niños se
entretuvieron pintando dibujos con arco iris, leyendo libros, cocinando con sus
padres o aprendiendo a coser botones.
Fue un
tiempo extraño que duró demasiado tiempo. Un día, una maestra tuvo una idea:
plegar 1000 grullas de papiroflexia para que su deseo de volver a la normalidad
se hiciera realidad. Había oído hablar de la Leyenda de las mil grullas de
Sadako y pensó que podría ser una bonita ilusión plegar esas grullas. ¡Pero…
mil! Ella sola no podría plegarlas todas. Pasaría mucho tiempo, y no quería
alargar más ese confinamiento.
Tuvo
una idea: pediría ayuda a todos sus alumnos, a todos los alumnos del cole, a
todos los alumnos a los que había dado clase en todos sus años de trabajo.
Conocía muchos colegios y a muchos maestros que podrían ayudarle a transmitir
su mensaje. ¡Y las bibliotecas! También tenía muchas amistades entre los
bibliotecarios. Seguro que ellos también le ayudarían a transmitir su mensaje.
Así lo
hicieron. Se transmitió el mensaje por móviles y redes sociales. Los niños
pegaron carteles en sus ventanas: grullas contra el virus.
El
Ayuntamiento de la ciudad estableció puntos de recogida de grullas. Se
recogieron miles de grullas de papel que volaron hasta Japón con la ayuda del
viento de los molinos de Don Quijote y se colocaron junto al monumento a Sadako
con el deseo de acabar con el virus y volver a la normalidad.
Con el
tiempo, se ganó la batalla al virus, y la ciudad de Albacete fue conocida en
todo el país como la ciudad de los niños que plegaron las grullas para ganar la
batalla al coronavirus.
¿Y tú? ¿Quieres plegar tu
propia grulla de papiroflexia?
Encarni Alcalá Orsi
Maestra de Primaria en CEIP
Cervantes de Albacete
Miembro de ABIBA Asociación de
Bibliotecarios y Bibliotecarias de Albacete
¡Y NOS LLEGA LA PRIMERA GRULLA! ¡Y SU MENSAJE! ¡GRACIAS ADRIÁN!
ADRIÁN con su grulla preparada nos dice: "Seguro que llegamos a las 1000, deseando que se acabe el coronavirus para siempre, no para un rato, para poder abrazar a mis amigos"
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